En el reciente congreso de la Asociación de Cirujanos de Castilla y León que se ha celebrado en Zamora el Dr. Antonio Sitges Serra, catedrático de Cirugía de la Universidad de Barcelona, pronunció una conferencia titulada: “Tecnología: ¿progreso o retroceso?” En ella, presentó y actualizó muchos de los conceptos contenidos en su artículo: “Tecnología o tecnolatría: ¿a dónde van los cirujanos?” publicado en la revista Cirugía Española en 2012. El resumen de dicho artículo –de acceso libre en Internet- es el siguiente:
“La presión innovadora forma parte de la utopía técnico-científica vigente y compromete por igual a cirujanos, pacientes, medios de comunicación e industria sanitaria. Ha hecho aflorar un nuevo tipo de aventurismo técnico con su yatrogenia acompañante que comporta riesgos innecesarios. Los personalismos, la persuasión industrial y la potenciación de las marcas hospitalarias, tanto públicas como privadas, han debilitado los valores y la ética profesional en un entorno en el que la tecnología esta´ perdiendo coste/beneficio y los conflictos de interés han encendido muchas sospechas. Se impone una revisión crítica del culto tecnólatra y una valoración serena de los costes de nuestras intervenciones no solo en la esfera de lo económico sino también en lo que se refiere a la seguridad para los pacientes, a la sostenibilidad medioambiental y a la utilización más eficiente de nuestros dispositivos asistenciales”.
Me preocupan menos los aspectos económicos del “culto” a la tecnología médica que los aspectos humanos. Es posible que a fuerza de confiar en las máquinas estemos perdiendo el contacto humano con las personas a las que tratamos. Para ayudarnos a recuperar el placer de empatizar con las personas enfermas –recordad que empatía es ser capaz de percibir lo que siente otro individuo- es muy recomendable el vídeo publicado por la Cleveland Clinic.